
1. Controles internos deficientes sobre áreas clave, como compras, recepción de inventario y almacenamiento
2. Mantenimiento deficiente de registros
3. Roles y responsabilidades mal definidos
4. Capacidad insuficiente para monitorear a empleados o unidades de alto riesgo
5. Plan de control anticorrupción inadecuado
6. Mala separación de deberes en las compras
7. Falta de transparencia en los registros de gastos y contabilidad
8. Aplicación deficiente de las políticas sobre conflictos de intereses o aceptación de propinas
9. Documentación deficiente que respalde la adjudicación de contratos o subcontratos
10. Procedimientos de supervisión inadecuados