
Ricardo Calvo Covas ingresó en prisión tras declarar en los juzgados
El conocido empresario de Santiago Ricardo Calvo Covas, propietario del club de alterne de San Marcos, ha ingresado en prisión preventiva tras ser detenido en un gran operativo que la Policía Nacional llevó a cabo en este establecimiento. Los delitos por los que se le investiga están relacionados con la prostitución y la explotación sexual, así como por blanqueo de capitales. En la redada en el local también se intervinieron pequeñas cantidades de sustancias estupefacientes.
El arresto se produjo el pasado fin de semana. Numerosos agentes de la Policía Nacional acudieron en la noche del sábado al club de alterne, situado en el número 113 de la avenida de San Marcos, en la carretera vieja que da acceso al aeropuerto de Lavacolla. Aunque el caso está bajo secreto de sumario y los detalles de la operación se desconocen, sí ha trascendido que se trata de una gran y muy preparada acción de la comisaría compostelana que se ha centrado en la investigación económica de Calvo Covas.
El dueño del local fue detenido y pasó la noche en el calabozo de la Policía Local de Santiago, que está en el bajo del Concello. Posteriormente, fue puesto a disposición judicial y, tras el interrogatorio, se ha decretado su ingreso en prisión preventiva para evitar que pueda interferir en la investigación, que sigue abierta.
No es la primera vez que Ricardo Calvo Covas ocupa una celda en la cárcel. Es un viejo conocido de la policía en Santiago y su club lleva más de dos décadas abierto pese a haber estado implicado en dos importantes operaciones contra la trata de blancas en la ciudad, la conocida como Palomar, que se desarrolló en 1998, y otra en el 2004 que se denominó Transilvania porque se intervino a una red rumana de proxenetas que operaba en Compostela y Murcia.
El caso Palomar sí le conllevó en julio del 2004 una condena del Juzgado de lo Penal número 2 de Santiago que en total sumaba más de quince años de cárcel por prostitución coactiva e inmigración ilegal que Calvo Covas recurrió. Sin embargo, no pisó la cárcel tras su nuevo arresto ese mismo año en la operación Transilvania. Quedó en libertad tras prestar declaración judicial, aunque pocos días después volvió a tener problemas con la justicia que le llevaron de nuevo al penal coruñés.
En aquella última ocasión fue porque la pena que le habían impuesto en la operación Palomar incluía la prohibición de salir fuera de España. Ricardo Calvo la quebrantó al viajar a Argentina. Agentes de la Policía Nacional le sorprendieron a la vuelta en el aeropuerto de Lavacolla, donde dijo que había extraviado el pasaporte.
Casi al mismo tiempo que el polémico empresario volvía como si tal cosa de Argentina pese a que con ese viaje desobedecía una condena, se producía la redada en su local de alterne de San Marcos por la investigación bautizada como Transilvania. La Brigada de Extranjería de la Policía Nacional en Santiago registraba todo el local y localizó a nueve mujeres rumanas a las que presuntamente se estaba obligando a ejercer la prostitución y que vivían en una casa de tres plantas y pintada de amarillo en Lavacolla de la que solo salían para trabajar.
El local está cerrado y precintado por orden judicial
El club de alterne de San Marcos está cerrado y precintado por orden judicial desde que la Policía Nacional llevó a cabo el operativo el sábado de la semana pasada. A las mujeres que, además de trabajar en el local, vivían en él se les dio unos días para que se buscaran otro alojamiento. No eran muchas, ya que la mayor parte de las chicas residía en el cámping Peregrino, que también está ubicado en esta zona de Santiago y cuya propiedad y gerencia está ligada al empresario Ricardo Calvo Covas.
El polémico empresario también gestiona el cámping ahora vinculado al párking fantasma
El club de alterne de San Marcos no es el único negocio que posee Ricardo Calvo Covas en Santiago. Hace años llegó a contar con un buen puñado de locales de hostelería pero actualmente sigue dependiendo de él el cámping Peregrino, situado muy cerca del prostíbulo, en la carretera de Vilamaior.
Este cámping, el Peregrino San Marcos, es precisamente el mismo que ha sido relacionado recientemente con el párking fantasma que opera de forma ilegal en el aeropuerto de Lavacolla. Vecinos de la parroquia compostelana aseguran que durante el pasado puente del 1 de mayo vieron entrar y salir vehículos de este establecimiento hostelero que no eran clientes de ese negocio, sino del servicio de estacionamiento de coches que trabaja sin licencia municipal ni permiso alguno.
Los vecinos creen que los responsables del párking fantasma han llegado a un acuerdo con el empresario detenido para dejar allí los vehículos, ya que unos y otros se conocen y tienen relación personal desde hace años.